El avance de la minería en Río Negro reabre el debate en la Meseta de Chubut
El avance del proyecto minero Calcatreu, cerca de Ingeniero Jacobacci, con el respaldo de la comunidad y de las autoridades locales, reavivó el debate en Chubut sobre el potencial transformador de la minería para la zona. Testimonios de vecinos.
La meseta central de Chubut vive en una situación de extrema vulnerabilidad económica y social. Este desolado rincón patagónico enfrenta el éxodo de familias que deben migrar para encontrar oportunidades laborales y educativas que su región no ofrece.
Mientras tanto, en la vecina provincia de Río Negro, el avance del proyecto minero Calcatreu cerca de Ingeniero Jacobacci, con el respaldo de la comunidad y de las autoridades locales reavivó el debate en Chubut sobre el potencial transformador de la minería para la meseta.
Desde 2003, la ley provincial prohíbe la minería a cielo abierto y el uso de cianuro en Chubut, una medida que frenó proyectos como Navidad, considerado uno de los yacimientos de plata sin explotar más grandes del mundo.
La empresa Pan American Silver (PAS) había proyectado una inversión superior a los 1.000 millones de dólares en el desarrollo de este yacimiento, que prometía generar miles de empleos directos e indirectos, además de un importante impulso económico.
Sin embargo, las políticas restrictivas mantuvieron paralizado el proyecto, privando a la región de recursos que podrían mejorar drásticamente las condiciones de vida de sus habitantes.
El avance minero en Río Negro generó entre los pobladores de la meseta una renovada esperanza de que, algún día, Chubut también permita el desarrollo de proyectos extractivos bajo estándares de sustentabilidad.
Varios testimonios recogidos por este medio en la meseta reflejan las dificultades de la región y el anhelo de un cambio que permita a sus habitantes prosperar.
El brutal impacto de la crisis ganadera
Magda Riera, empleada del sistema público de salud y madre de familia, conoce de primera mano las dificultades de vivir en la meseta chubutense.
Para ella, la situación económica es insostenible y la recesión que enfrenta el país “se potencia en estos lugares tan distantes de los centros urbanos, porque las oportunidades de empleo no existen casi, y los costos de vida son elevadísimos”.
Riera explica que tuvo que migrar temporalmente junto a su familia hacia la ciudad, buscando un mejor futuro para sus hijos ante la falta de oportunidades en la meseta.
La actividad ganadera, antaño el principal sustento económico de la región, se encuentra en un estado de crisis que parece no tener fin.
Según Magda, “la lana no vale, no hay mercado para la carne, y las plagas de predadores, como el zorro colorado, el puma y el jabalí, agravan la situación. Además, el cambio climático, con la sequía como protagonista, ha complicado aún más la situación, y la falta de mano de obra calificada contribuye al envejecimiento de la actividad”.
Frente a este panorama, Riera cree que el desarrollo de la minería sería un punto de inflexión para la región, permitiendo no solo mejorar la economía local, sino también incrementar la calidad de vida de sus habitantes.
“Si se habilita la actividad minera en Chubut, cambiaría la matriz productiva de la meseta y, a su vez, potenciaría el desarrollo de actividades que hoy se desarrollan en pequeña escala. Generaría también la oportunidad de nuevos emprendimientos de proveedores locales de bienes y servicios, por el incremento poblacional que se daría”, asegura Riera, quien observa en el ejemplo de Ingeniero Jacobacci un camino para su provincia.
“Queremos las mismas oportunidades que otros lugares de Argentina”
Marina Barrera, madre y residente de la meseta, vio cómo su región se ha convertido en un lugar que los jóvenes dejan atrás, empujados por la falta de oportunidades laborales.
“Aquí, muchas veces sentimos que no contamos con las mismas oportunidades que otros. Los jóvenes se van porque no hay trabajo, y los que se quedan lo hacen porque no tienen otra opción”, comenta.
Para Marina, permitir la minería no solo significaría un cambio en la economía, sino que también traería dignidad y mejores condiciones de vida a sus vecinos.
“Queremos que nuestros hijos puedan crecer aquí, con acceso a empleo, educación y salud de calidad. No estamos pidiendo nada fuera de lo común; solo queremos tener las mismas oportunidades que otros lugares de Argentina”, explica Barrera, quien, como muchos otros, ve en la minería una oportunidad para que la meseta de Chubut deje de ser una zona olvidada.
El impacto del proyecto Navidad: una oportunidad congelada
El proyecto Navidad, que prometía ser uno de los mayores desarrollos mineros de la región, fue truncado por la prohibición establecida hace más de dos décadas.
Para los residentes de la meseta, esta normativa significa una pérdida de oportunidades para una región que necesita urgentemente fuentes de empleo y desarrollo.
Roberto Rial, productor ganadero de la zona, afirma que la minería podría ser la salvación para los pobladores, cuyas familias han dependido durante generaciones de una economía ganadera en crisis.
“Nuestra región está muy mal, cuando podríamos estar muy bien”, comenta Rial.
“Tenemos uno de los recursos de plata más importantes del mundo y no lo podemos aprovechar. Mientras, en provincias vecinas como Río Negro, han decidido avanzar con la minería y vemos cómo mejoran las condiciones de vida de sus habitantes”.
Para Rial, es necesario encontrar un equilibrio que permita a la meseta desarrollarse sin comprometer el medio ambiente.
“No se trata de hacer minería a cualquier precio, sino de hacerlo bien. Queremos trabajo y oportunidades, pero también queremos que se respeten los recursos naturales”, destaca el productor.
La excepción minera en el RIGI: una oportunidad postergada
En agosto de este año, la Legislatura de Chubut aprobó la adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) con 18 votos a favor y 9 en contra, un régimen nacional que promueve grandes proyectos de inversión.
Sin embargo, la normativa exceptúa en su artículo segundo a las actividades mineras, limitando así las expectativas de los habitantes de la meseta, que esperaban que este régimen ofreciera una vía para atraer nuevas oportunidades de desarrollo.
El modelo de Jacobacci: un ejemplo de consenso social
En Río Negro, el proyecto Calcatreu avanzó con el respaldo de la comunidad y de las autoridades locales, que trabajaron en conjunto para obtener la licencia social y asegurar que el desarrollo minero beneficie a todos.
En Ingeniero Jacobacci, la audiencia pública realizada para discutir el proyecto contó con amplia participación y fue vista como un modelo de diálogo entre la comunidad y las empresas.
Los habitantes de la localidad y sus alrededores expresaron sus dudas y preocupaciones, y recibieron respuestas claras y concretas sobre el impacto y los beneficios de la minería.
Este modelo de consenso ha sido una inspiración para muchos en Chubut.
“Acá hay un alto nivel de sensibilización respecto a la actividad minera, por las campañas de desprestigio de grupos pseudo ambientalistas que confunden a la población en general, con información errónea”, comenta Magda Riera, quien cree que una audiencia pública permitiría a la comunidad de la meseta ser escuchada y participar en el proceso.
El Gobierno de Río Negro le otorgó a Patagonia Gold el permiso final para comenzar la construcción y producción de su proyecto de oro y plata Calcatreu.
Un anhelo de justicia y desarrollo
Para los habitantes de la meseta, la minería representa la posibilidad de construir un futuro mejor para sus familias y romper con el círculo de pobreza y aislamiento que afecta a la región.
Un vecino de la zona hace una descripción desoladora: “La tristeza, la nostalgia, la nada se puede ver en las calles vacías, las obras paradas, los negocios cerrados, las casas cerradas. Sólo hay un gran silencio que lo tapa todo”.
Y agrega: “Es muy difícil plantear alternativas que no desemboquen en la explotación metalífera. Las propuestas de la gente que se opone al desarrollo y a la dignidad de los pueblos del interior no han llegado nunca. Y no llegan por una simple razón: no saben qué hacer, ni cómo”.
Como concluye Marina Barrera, “el deseo para el desarrollo de la meseta es que sus pobladores puedan mejorar su calidad de vida, teniendo empleos dignos, bien remunerados y con acceso a servicios básicos. Queremos que se aplique el concepto de igualdad y equidad también para los habitantes de la meseta, y que dejemos de ser la zona olvidada y postergada de Chubut”.
El avance de la minería en Río Negro es un recordatorio de lo que podría lograrse en Chubut si existiera un marco de desarrollo sustentable que respetara el medio ambiente y priorizara a las comunidades.
Mientras tanto, los habitantes de la meseta continúan esperando una oportunidad que les permita prosperar en su propia tierra y construir un futuro donde sus hijos puedan crecer con dignidad.