Sobrecumpliendo el RIGI: minería y proveedores locales
La minería argentina de los últimos 20 años ha logrado cumplir metas de contratación en el país. Por cada trabajador que emplea la minería de forma directa, existen dos o tres veces más empleos en empresas proveedoras.
[OPINIÓN]
Por Matías Baglietto – Vicepresidente de la Cámara Argentina de Proveedores Mineros (CAPMIN) y Director de Minetech
La minería argentina de los últimos 20 años ha logrado cumplir metas de contratación en el país, comparadas con las de países mineros con mucha más trayectoria que el nuestro, lo cual a priori indica un gran trabajo conjunto de los proveedores y las operaciones mineras.
En este marco, este camino va a sobrecumplir ampliamente con el TÍTULO VII, Artículo 176°, inciso L de la ley Bases, recientemente sancionada.
Este inciso prevé un “Plan de desarrollo de proveedores locales que deberá contener un compromiso de contratación de proveedores locales respecto de bienes y/u obras para el desarrollo (…) como mínimo al veinte por ciento (20%) de la totalidad del monto de inversión destinado al pago de proveedores”.
A pesar de que la redacción puede resultar confusa, todo el sector minero debería coincidir en que hoy supera ampliamente este requisito y trabajar para continuar en este camino.
El 20% es una cifra muy baja para la contratación de empresas de la comunidad, tanto a nivel provincial como nacional.
Estas afirmaciones se hacen con datos oficiales, ya que la integración con proveedores argentinos está debidamente probada en los más de 20 años que tiene la minería privada en el país: hoy más del 50% de la facturación de las empresas mineras corresponde a compras de proveedores locales.
Las pymes locales de distintos sectores, como industria, construcción, transporte, servicios y alimentación, han sido integradas en la cadena de valor del sector minero en Argentina.
Por cada trabajador que emplea la minería de forma directa, existen dos o tres veces más empleos en empresas proveedoras.
Ejemplos de esta integración abundan, donde la participación de la industria y los proveedores locales local supera con creces el 20% requerido por la ley, y así continuará siendo.
Muchos de estos números son ratificados por informes sectoriales de CAPMIN y CAEM, que muestran cifras similares o aún mejores.
Estos datos indican que el sector minero ha madurado significativamente.
Desde la modificación de la Constitución en 1994, donde los recursos pasaron a ser provinciales, la minería ha seguido un camino de integración en los diferentes anillos de provisión, creando empresas en las comunidades aledañas a los proyectos, potenciando empresas provinciales y aumentando la productividad de los entramados industriales a nivel nacional.
Además, a medida que las empresas argentinas se han especializado en proveer al sector minero, se han creado productos que antes no se fabricaban en el país.
Esto ha dado inicio a un proceso de exportaciones industriales que crece cada vez que las condiciones macroeconómicas lo permiten.
Entonces, ¿para qué sirve el RIGI al sector minero?
Principalmente para brindar las condiciones de estabilidad necesarias para inversiones a largo plazo.
En cuanto a los proveedores, el sector está maduro en sus políticas y continuará contratando niveles mucho más altos de lo solicitado por la ley para la adhesión al régimen; y los proveedores seguirán emprendiendo la difícil tarea de incrementar la participación año tras año, promoviendo el crecimiento y desarrollo continuo de las pymes locales.
La capacidad de previsión es el próximo desafío.
Con la habilidad del sector para atraer inversiones y su efecto multiplicador, se espera que se generen aún más pymes y se promueva el crecimiento de las ya existentes.
Para tener previsión, es necesario un trabajo conjunto entre el sector proveedor y las nuevas inversiones; que esperamos comience más temprano que tarde.