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Minería es Futuro

El destinatario equivocado

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El destinatario equivocado

En medio de la vorágine burocrática y los desafíos de producción y planificación, es crucial no perder de vista la realidad y necesidades de las mujeres en la minería. Una reflexión sobre la importancia de sensibilizar sobre estos temas en nuestra industria. 

Los desafíos de la lactancia para una mujer que trabaja en la industria minera, me pareció una nota maravillosa publicada por María de las Nieves Puglia de Fundar en el diario Perfil.

Una pincelada humana y sensible que describe los problemas de una madre que debe alimentar a su bebe, trabajando en un régimen de 14×14 y en un lugar tan inhóspito como remoto para esa tarea.

Una narración profunda que analiza los avances y los cambios en una industria históricamente masculinizada  que todavía tiene muchas deudas por saldar.

La terminé de leer con entusiasmo y optimismo. De inmediato compartí el link con las muchas  mujeres que conozco en esta industria, con un mensaje positivo y esperanzador. 

Terminé de apretar “enviar” e inmediatamente algo me hizo mucho ruido. Si bien se que muchas colegas se sintieron identificadas en sus luchas y esfuerzos cotidianos, entendí que era a los hombres a quienes debía haberles compartido este artículo. 

En la ajetreada vida de los directivos de la industria minera, inmersos en un mar de trámites burocráticos, lidiando con los avatares propios de la producción y planificación en la Argentina,  suelen perderse de vista otros aspectos importantes. Mientras se ocupan de asuntos oficiales, financieros y logísticos, las voces de las mujeres que trabajan en minería a menudo quedan relegadas en el trasfondo.

Sabemos que unas y otros son esenciales para el desarrollo de nuestro país. Pero el dilema de Laura, que cría a cuatro hijos mientras lucha por desarrollarse profesionalmente, no solo deja de manifiesto cuánto falta todavía para emparejar la cancha y equilibrar las dinámicas de género. También expone una mirada humana y sensible de una actividad económica esencial para los argentinos, pero que muchas veces es proyectada como un “extractivismo insensible y utilitario”.

La industria minera requiere que las mujeres crezcan y se desarrollen, mientras crían a sus hijos. Con espacios y lugares adaptados a sus necesidades.  También necesita mostrarse humana y sensible. Solidaria y constructiva. Cercana e inclusiva. 

Por eso decidí no mandarles a los muchos profesionales hombres que conozco en la Minería la nota sobre Laura. A ellos prefiero compartirles estas líneas e invitarlos a reflexionar sobre la industria que queremos construir. Vale la pena el esfuerzo.

Martín Hazan 

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