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Elige Litio Sapiens Litio Sapiens
La semana pasada más de 1700 personas se reunieron en el Seminario Internacional del Litio en Sudamérica, realizado en el Centro de Convenciones de Salta. Una convocatoria sin precedentes para un evento sobre el mineral que promete liderar la revolución energética.
Empresarios, funcionarios, emprendedores, investigadores, cámaras, diplomáticos y comunicadores nos congregamos en el seminario organizado por Panorama Minero para tratar de entender hacia dónde nos llevará la promesa de este mal llamado Oro Blanco.
Apenas pocos días antes de las elecciones nacionales, quedaba en claro que el Litio congrega grandes expectativas y esperanzas en una Argentina que busca una tabla de salvación en cada promesa de futuro.
Se percibía entre los concurrentes una extraña sensación de optimismo mezclada con incertidumbre. El potencial del litio despierta ilusiones y anhelos que no terminan de cristalizarse a la espera de que se clarifique la macro y sepamos que vamos a poder hacer con este recurso esencial para el futuro de la industria automotriz (entre muchas otras).
De alguna manera, lo que prevalecía en charlas y reuniones, es el deseo de que nuestro país por fin logre alcanzar acuerdos razonables para beneficiarnos de un recurso cuya ventana de oportunidad es realmente corta y requiere decisiones rápidas y efectivas para no perder por quincuagésima vez, el tren de la historia. A la oportunidad la pintan calva.
Mientras escuchaba las alocuciones, recordaba ese resonante libro de Yuval Noah Harari, “Sapiens“, que se ha convertido en punto de referencia de los análisis históricos y que desde hace algunos años ya se posicionó como material obligatorio para comprender al género humano. De todas las conclusiones a las que llega el libro, la más revolucionaria me parece aquella que explica el por qué el Homo Sapiens logró imponerse, no solo sobre todas las criaturas vivientes de este planeta, sino además sobre otras comunidades con las que coexistieron.
La explicación es sencilla: de todas las especies existentes, el Sapiens es quien mayor capacidad ha demostrado para cooperar y organizarse con flexibilidad, aún a grandes distancias, en busca de un beneficio en común. Un claro ejemplo: para producir millones de celulares (el artífice de la revolución digital y de las telecomunicaciones) sapiens posee la capacidad de articular desde profesionales que diseñan una arquitectura financiera en Wall Street, junto a otros que fabrican microprocesadores de silicio en Japón, desarrolladores de software de alta seguridad en Jerusalén, productores de litio en Argentina, y muchos otros profesionales alrededor del mundo colaborando detrás de un mismo objetivo.
Los argentinos tenemos la oportunidad de demostrar que somos merecedores de nuestra herencia sapiens si logramos: contar con las leyes que brinden la seguridad jurídica requerida por los inversores, articular a los sectores de la producción y el trabajo para construir plantas, caminos e infraestructura esencial para extraer, elaborar y transportar el carbonato o el hidróxido de Litio. Necesitamos expertos en seguridad industrial, medioambiente e integración con las comunidades, para asegurarnos que todo el proceso se realice de manera segura, sustentable y en coordinación con los pueblos cercanos a las plantas de producción. Se precisa que empresarios, funcionarios y comunidades nos pongamos de acuerdo para poder llevar adelante una industria que beneficie a todos los argentinos.
¿Seremos capaces de aprovechar lo más esencial que tenemos los sapiens para generar trabajo, desarrollo y crecimiento allí donde más hace falta para creer y confiar en el potencial de nuestro país?
La pregunta quedó flotando en el aire. Ojalá lo logremos.
Martin Hazan