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Marisel, la mujer minera que maneja camiones gigantes
La vida de esta mujer minera es un ejemplo de esfuerzo y dedicación. Y sobre todo de apostar siempre a crecer. Marisel nació en Santa Lucía, San Juan. Ella comenzó trabajando en el sector agrícola, pero una mañana, la rutina del domingo de su padre le cambiaría la vida.
«Mi papa compra siempre el diario los domingos. Y un día me levanté y estaba sobre la mesa, lo abro, y me encuentro con una foto gigante de un equipo de excavación. Imponente. Y buscaban postulantes para sumarse. ¡Me encantó!».
La oportunidad de Marisel
«Yo en ese momento tenía a mi bebé de unos meses, era mamá soltera. Lo vi como una buena posibilidad. El tema era entrar», asegura. Para ese entonces corría el mes de diciembre y la convocatoria estaba fijada para el 7 de febrero. «Esa fecha no me la voy a olvidar nunca. La anoté por todos lados. Pero lo veía poco probable porque imaginé que iba a ir mucha gente«.
«Recuerdo que tenía toda la ropa manchada de pasas por el trabajo que realizaba en la agricultura. Cuando llegué al lugar habían muchísimos hombres, eran mayoría. Ahí bajé los ánimos. Fuimos casi 1.000 personas. Pasé varias entrevistas y pude acceder a la capacitación. Lo bueno es que después de muchos pasos, ¡aquí estoy!».
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Veladero
Pasaron cuatro años de esa anécdota. Desde entonces, es una de las mujeres mineras que, en la mina Veladero, manejan “los fuera de ruta”, inmensos vehículos de más de siete metros de altura que trasladan el material que se extrae de las voladuras que se realizan en la mina.
“Hoy estoy en el camión en el que comencé, en el que hice mis prácticas. El día a día en la mina es no es fácil. La altura y las bajas temperaturas, muchas veces, dificultan el trabajo”, señaló Marisel.
Ella pasa la mayor parte del día trasladando materiales. «Tenes un camión asignado y te trasladas a donde esté, según la fase en que quedó. Hacés tu chequeo del equipo y ahí empieza tu jornada. Luego, te quedas en el camión sola, muy atenta a lo que está pasando pero siempre disfrutando del lugar, que es maravilloso».
«Estoy acá porque amo mi trabajo. Disfruto día a día mi labor. Y tenés muchas oportunidades de crecer, y eso te motiva», asegura.
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Amor en la mina
Al mes de comenzar a trabajar en Mina Veladero, se rompe su camión, que además, ya tenía unas lamparitas quemadas. Pero gracias a eso, llegó un joven de mantenimiento quien se convertiría en su gran amor.
«Con Daniel estamos juntos hace cuatro años y ahora tenemos una bebe. Mi vida desde que entré a la mina cambió totalmente. Fue todo muy vertiginoso y positivo. Encontrar a mi pareja acá no era algo que me había propuesto. Sucedió y estoy feliz».
«El trabajo en la mina implica dejar a tu familia, es muy duro. Cuando empecé mi hija era muy chiquita pero me propuse darle otras oportunidades que yo no tuve», dice Marisel.
Ellos trabajan 14 días seguidos y luego tienen 14 días de descanso. La distancia se siente pero el esfuerzo vale la pena.
Su vida hoy
Los camiones son capaces de transportar cientos de toneladas de material y minerales. El tiempo de descanso es todo para la familia. «Cuando volvemos a casa, después de estar 14 días afuera, los pasamos enteramente con la familia, las 24 horas. Para mi de esta manera, se gana más en tiempo de calidad», cuenta.
«Ahora estoy muy ansiosa, muy emocionada, porque en pocas horas vamos a compartir con mi pareja Daniel un acto que es muy importante. La empresa te da la posibilidad de terminar tu carrera secundaria y él lo hizo. En pocas horas vamos a tener el acto de colación. Queremos estar con la familia y disfrutar ese momento que es un gran logro para él y para todos», finalizó.