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Minería es Futuro

Trabajar en minería: una oportunidad de desarrollo incluso más allá de la mina

Por Sabrina Pont.


  • Antes de dar a luz al complejo hotelero Cabañas Juluy, en Andalgalá, en la provincia de Catamarca, Rosana Cañete trabajó durante más de 20 años en la industria minera. 
  • Mientras conducía camiones de gran porte, logró recibirse y proyectar su propio emprendimiento de hospedaje en la localidad que la vio crecer profesionalmente. 
  • Su próxima meta: seguir equipando con energías renovables las cabañas que puso en marcha mientras la mina Bajo de la Alumbrera daba inicio a su etapas de cierre productivo en 2017.

Rosana Cañete trabajó durante más de 20 años en la industria minera, diez de ellos arriba de grandes camiones a los que recuerda como una extensión de su hogar. 

“Inicié mi camino en la minería de muy joven, a los 21 años. La oportunidad de trabajar en la industria surgió desde la escuela técnica EPET N°4 en la que realicé mis estudios secundarios. Tuve una entrevista para ser parte de Minera Alumbrera y quedé seleccionada”, recuerda Cañete. “Me preguntaron si sabía manejar y contesté que sí, que manejaba un Fiat 600 de mi padre. Comencé mi actividad en 1998, fueron muchos años allí hasta el 2018 que tuve que cambiar de rumbo. Podría decirse que tengo una familia acá y la otra familia en Alumbrera”.

Rosana fue la segunda mujer del grupo, estuvo 10 años manejando camiones y luego surgió la oportunidad de pasar al área de mantenimiento mecánico, donde se desempeñé en varios sectores. Estuvo cinco años en el área de recepción y entrega de repuestos, separando repuestos por flota junto a un equipo de trabajo que, hasta el día de hoy, tras tres años del cierre de la mina, sigue en contacto. 

“Fui aprendiendo cosas impensadas, desarrollando incluso aptitudes que me sirven hoy en día para mi vida personal y profesional como emprendedora”, señala Cañete. 

En medio de turnos rotativos y jornadas de extrema disciplina en la mina, Rosana se animó a estudiar la Tecnicatura en Gastronomía a partir de una iniciativa de la compañía operadora. 

“Se abrieron en la mina las posibilidades de cursar las carreras de Tecnicatura en Gastronomía y Tecnicatura en Minería. Accedí a la de gastronomía porque me gustaba mucho y tenía partes de turismo, me llamó la atención y me animé. Me recibí mientras trabajaba, lo que fue un sacrificio que valió la pena. Estudiaba en los pocos ratos libres, y logré un título que me sirve un montón para mi presente en el sector turístico y gastronómico”, describe Cañete. 

Tras varios años de trabajo, Rosana tuvo la oportunidad de adquirir unos terrenos en Andalgalá, que es donde vive actualmente y donde decidió establecer su actual emprendimiento. 

“Con ese título logrado en 2016 y los terrenos, comencé a buscar presupuestos para ver qué negocio poner en marcha. Pensé en un salón de eventos o unas cabañas y elegí la segunda opción. Para diciembre de ese mismo año ya estaban listas tres cabañas y totalmente equipadas para alquilar”, relata Cañete. “En enero inauguré el complejo hotelero Cabañas Juluy al 100% y me vino muy bien el turismo que surgió en Andalgalá en esa época para el comienzo. Así arrancó mi emprendimiento mientras seguía trabajando en la mina”, resume. 

Rosana trabajó en Mina Alumbrera hasta julio de 2018 cuando se concretó el cierre productivo. “Fue una dura etapa porque tuvimos que despedirnos de un gran grupo de trabajo, durante mucho tiempo fuimos una familia, pero debimos mentalizarnos que algo finalizaba y que había que ir en búsqueda de nuevos caminos. En tanto, pude programar mientras trabajaba el inicio de una nueva vida o de una nueva etapa: yo elegí el turismo y me mandé de lleno”, resalta Cañete. 

En su inicio, Rosana tenía solo tres cabañas, después implementó una pileta, una recepción, un lavadero y un quincho-asador. “Todavía seguimos sumando cosas. Es bastante lo que se invirtió y sigo haciéndolo porque confío en que es una buena forma de seguir creciendo”, aspira Cañete, quien provee hospedaje no solo a turistas, también a entes gubernamentales, municipales, empresas de diversos rubros y proveedores mineros que ahora están trabajando en el nuevo Proyecto Mara, que se realizará en la zona aprovechando las instalaciones industriales de Bajo de la Alumbrera que tras el cierre quedaron en desuso. 

“En cuanto a la pandemia, el 2020 fue un año de cambios donde me pude mantener a flote especialmente gracias a que la gente de Agua Rica, que son quienes llevan adelante el Proyecto Mara, precisaba alojamiento en la zona para sus burbujas mineras. Así varios hoteles de Andalgalá pudieron sobrevivir a lo que nunca esperábamos”, comenta Cañete. 

Actualmente, Rosana proyecta la implementación de energías renovables. Comenzó con un termotanque solar grande que abastece su hogar y parte del hospedaje. 

“Estoy analizando la adquisición de un generador o sistema fotovoltaico que es algo muy necesario por los cortes energéticos. Los sistemas renovables también tienen altos costos, pero queremos avanzar en esta línea para contribuir desde nuestro lugar a la preservación del medio ambiente”, concluye Cañete. 

Programa Emprender 2021

Manejó camiones pesados en Alumbrera y estudió una tecnicatura que le permitió emprender un proyecto de hotelería en Catamarca

¿Cómo era tu vida antes y después de tu etapa en la minería?

Comencé a trabajar de muy chica con tareas que en su momento fui haciendo mientras estudiaba: trabajé en una propaladora, aprendí locución, a hacer reportajes y tomar fotografías, y también a coordinar la distribución de diarios en la zona. Luego pasé a ser empleada de comercio en un local de ropa y más tarde, a los 18, comencé un terciario que no terminé.

¿Qué recordás de esa primera experiencia como trabajadora minera, donde lograste ser parte de los inicios de una operación icónica como Bajo de la Alumbrera (1997)? ¿Qué responsabilidades fuiste adquiriendo dentro de la mina?

Después pasé a ser digitadora, en ese entonces administraba toda la parte operativa entre los camiones y las operaciones de mina teniendo que priorizar una buena comunicación entre las áreas y el equipo de trabajo. Creo que la minería genera una amistad, una familia detrás que hace todo más fácil ya que las condiciones son sumamente exigentes. También aprendí todo lo relacionado a tareas de pañolera: entregaba los insumos en sitio y estaba a cargo de secciones como compras, cotizaciones y archivos.

¿Cómo es la vida allá en la mina? ¿Recomendás la experiencia a otras mujeres, especialmente en áreas como las que participaste y que involucran grandes equipos, destreza física y mental y horarios rotativos?

A veces para los mineros no existe el frío, la lluvia, los cumpleaños o las navidades, pero es un trabajo apasionante incluso con el combo de los turnos rotativos. La actividad implica irse lejos de casa y pasar siete días con los tuyos y siete días con tu otra familia en la mina. En una semana tipo salía a las 15:00 p. m. de casa y llegaba a Alumbrera a las 19:00 p. m., retiraba la ropa, cenaba y me iba a descansar para comenzar mi día de trabajo a partir de las 05:00 a. m. En ese horario nos levantábamos, retirábamos las viandas y a las 06:10 a. m. ya estábamos en los buses para dar inicio de turno con aproximadamente 11 horas de trabajo por delante.

La minería tiene de fondo ese contexto de que hace frío, hay lluvia, los climas son más extremos e implican trabajar con mayor responsabilidad que la media, más si tenés que manejar camiones como fue mi caso. La parte de pasar al taller también fue una buena experiencia, incluso trabajábamos de noche. Con el correr de los años se habilitaron las carreras para terminar el secundario y luego 

En este sentido creo que las mujeres deben poder acceder a las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito económico y asumir responsabilidades acordes a su creciente formación y su peso específico en la sociedad.  

¿Cómo fue la transición de pasar de Alumbrera al emprendimiento de Cabañas Julumao? ¿Qué pasó después durante la pandemia considerando las restricciones por COVID-19 aún vigentes en muchas regiones del mundo?

Siempre he sido muy independiente. Todo comenzó con un terreno que tenía adquirido al lado de mi casa, y después me compré otro. Comencé a ahorrar una vez que ya había edificado mi hogar y seguí sin quedarme quieta un solo segundo. 

¿A qué te abocas actualmente además de tu proyecto hotelero?

Estoy haciendo la Tecnicatura de Administración y Gestión de Empresas de Alojamiento y Gastronómicas como un complemento al emprendimiento ya que me gusta seguir capacitándome y generando lazos con representantes de la Cámara de Turismo de Andalgalá o la Cámara de Proveedores de Andalgalá y de Catamarca. Además, estoy trabajando para ampliar las cabañas. Hace poco convertí un área poco usada en departamentos con Wi-Fi, heladeras, microondas y todas las comodidades para que los huéspedes se sientan como en sus casas. Trato de dar siempre un valor agregado y estar predispuesta a la necesidad del cliente.

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